Como es de costumbre la gente lee, investiga, habla, escucha y crea mitos sobre alimentos, dietas y actividades que ayudan a bajar de peso y aunque estas informaciones no siempre se basan en fuentes fidedignas la práctica de las mismas se realizan sin control y muchas veces con desánimos ya que son solo creencias que prometen mucho pero no arrojan resultados.
Analicemos algunos casos que hoy en día no funcionan para disminuir de peso sino para posponer a estas personas a situaciones de estrés lo que finalmente termina en una decepción y un aumento de peso.
Empezar el día con solo una taza de café
La idea de convertir la primera comida del día en una bebida que solo contiene cafeína solo nos garantiza el efecto de la misma y no el aporte de hidratos de carbono, de proteínas, de grasa y demás vitaminas y minerales que el cuerpo dispone para empezar una jornada llena de actividades. Estas acciones solo crean en el organismo un efecto de ahorro energético y no una disminución de peso ya que el cuerpo en ausencia de alimentos se pone a la defensiva guardando sus reservas . Esto desata un organismo con pocas energías para realizar cualquier tipo de trabajo y provoca un gran apetito al medio día y en las tardes donde se comete el error de comer una gran cantidad de alimentos lo cual favorece al depósito de reservas energéticas subiendo así de peso.
Cenar a altas horas de la noche
Llegar al hogar después de un atareado día de actividades y preparar algo nutritivo en vez de optar por lo primero que encontramos a mano es un desafío muy grande para aquellos que necesitan bajar de peso. Pero otro de erros que cometemos es que realizamos estas comidas a altas horas de la noche momento en donde el organismo ya está exento de energía y con ganas de comernos todo lo que nos prohibimos en el día y por ende el hambre se vuelve más grande terminando así en muchas ocasiones rompiendo la dieta y comiendo hasta no poder mas. Lastimosamente como siempre digo el cuerpo no es un aparato que se puede activar en modo light estricto a lo cual refiero que someter al cuerpo a restricciones de hidratos de carbono solo acaba en episodios de atracones de los mismos.
Dejar de lado las colaciones implica grandes porciones
En distintas oportunidades he visto que los pacientes que no realizan las colaciones por motivos como no tener nada sano a mano en las horas laborales o no tener apetito para comer una fruta o un pote de yogurt a la media mañana o luego de las cenas les cuesta más ver resultados en sus planes de bajar de peso. Y eso porque? La idea de realizar estas pequeñas colaciones es con el fin de aumentar el metabolismo interno es decir hacer trabajar al cuerpo con poca pero suficiente energía que permita quemar también las reservas durante las actividades físicas cotidianas. Como he mencionado anteriormente un cuerpo que no recibe energía mediante los alimentos lo primero que activa es el modo reserva, y no solo eso crea un mayor apetito y hambre para las comidas principales lo cual solo contribuye a un aumento de peso. En síntesis desayunar bien, tomar una pequeña colación a la media mañana conduce a tener menos hambre a la hora del almuerzo y así mismo no dejando de lado una merienda que contenga lácteos con cereales o una fruta ayuda a que lleguemos al final del día con energía y con ganas de no comernos todo lo que encontramos a mano cuando llegamos a casa.
Practicar deportes con fajas ajustadas para sudar
La idea de perder peso por medio de fajas que nos ajustan las cinturas para sudar más conduce a dos resultados. Por un lado tener más calor y por ende deshidratarnos más rápido y por otro lado la compresión que realizan estas fajas dificulta la respiración debido a que aumentan la presión sanguínea que es por donde fluye el oxigeno que necesitan nuestros músculos, esto conduce finalmente a una disminución de la resistencia ante la práctica de cualquier deporte. Por el sudor es imposible de perder grasa así que los milagros de estas fajas es que solo nos complican el rendimiento deportivo.
Quitar los panificados de la dieta
Preferir entre pan blanco o pan integral es una cuestión de elección entre consumir más fibra y por ende satisfacernos más con un pancito integral a diferencia del pan blanco que no aporta casi nada de fibra y nos da siempre la sensación de querer comer más. Ahora ir al hecho de quitar los panificados por completo de nuestra alimentación es una idea poco factible para bajar de peso ya que el aporte de fuentes de hidratos de carbono es necesario en un 60 % del total que consumimos en el día. Y en este 60% se incluyen los cereales, el arroz, el fideo y los panificados como fuente de hidratos de carbono complejos es decir hidratos que se metabolizan lentamente aportando energía de forma más constante que los hidratos de carbono simples. El secreto solo está en cómo distribuirlos. Lo recomendable es consumir una porción en el desayuno o merienda en caso de no tener presentes a los cereales y excluirlos de las comidas principales como la mayoría acostumbra acompañar.